Categories
FooBar

Tiempo de Pensar

En tiempos como estos, de encierro voluntario, de miedo e incertidumbre, de olvidar contar las calorías, recomiendan no pensar tanto. Ocupar nuestra mente en actividades que no le permitan a nuestro consciente tomar el control y llevarnos por espirales infinitas de ansiedad y temor.

Aunque entiendo por completo los episodios en los que la mente pareciera no poder salir de la jaula oscura y tenebrosa en la que se mete, creo que es inconveniente no pensar. En el largo plazo nos hace daño. No soy sicólogo ni pretendo serlo. Pero si me he dado cuenta que al dejar de pensar, lo que he hecho es dejar de reconocer mi más profundo yo. Mis necesidades, anhelos y capacidades. No pensar es la mejor forma de dejar de ser yo mismo. Eso no puedo ser algo bueno. Somos piezas únicas e irremplazables, hechas con una combinación exacta de virtudes y defectos, no podemos alejarnos de ese yo. Por lo contrario, démosle le oportunidad de salir, de darse a conocer.

Pensar, como ejercitarse, debe hacerse con regularidad y de manera controlada. La creatividad y el razonamiento lógico, deben estar alineados con nuestro yo. Cuando ellos deciden revelarse, es cuando nuestra capacidad de pensar se ve nublada por nuestro incapacidad de reconocer nuestro entorno y de reconocernos a nosotros mismos. Una rutina puede ayudar. Dejar un momento libre en el día para ejercitar nuestro pensamiento.

Meditar, orar, contemplar la naturaleza, son una de las muchas estrategias para poner pausa al día a día.

Luego de tener tu cerebro un poco menos acelerado, tal vez sea una buena opción tomar una hoja y un lápiz y tomar notas sobre los aspectos más recurrentes que aparecen por nuestra mente como comerciales en transmisiones deportivas. Si no te gusta escribir, puedes grabar notas de audio, o dibujar. Estos garabatos e ideas sueltas, me ha servido para remover nubarrones de ideas que envuelven quien soy.

Por último, y con nuestra mente atenta, es un buen momento para soñar despierto. Para decidir de qué manera voy a enfrentar el día que está por venir. Qué temores estoy dispuesto a superar, a qué talentos debo invertirme, como puedo ser una mejor versión de ese yo al que tanto le rehuyo.