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Mi fracaso en Nano2018 fue un triunfo para mi futuro.

Eso espero.

Luego de tomar el mayor impulso para completar el desafío de NanoWrimo en este año, encontré algo en mi buzón de correo que decía lo siguiente:

Espero que estés pasando un buen tiempo haciendo tu desafío de escritura. ¿Recuerdas que teníamos un compromiso que no has terminado? ¿Puedes terminarlo ya que tienes tiempo para escribir 50.000 palabras en este mes? (Parafraseo Intencional)

Persona que me puso al descubierto

Luego de leer esto, no pude sacarlo de mi cabeza. Cada vez que quería escribir, me atacaba desde mi lado más débil la voz de una conciencia en forma de tía cariñosa que me decía: “Termina lo que empezaste”.

“Yo no soy bueno para eso”, me respondía. Nunca lo he sido. Hasta ahora. Descubrí que además del asunto pendiente, tenía muchos otros cabos sueltos rondando por ahí. Como un torneo de Mario Kart que organicé hace 8 meses y que hasta después de recibir el correo decidí terminarlo.

También escribí correos que había evitado y tomé decisiones que antes me parecían esquivas. Este correo me hizo darme cuenta que es tan bueno terminar como empezar. Yo soy creativo por naturaleza. Bueno para idear y “echar globos”. Pero con muchos problemas para ejecutar con dedicación y para terminar bien.

Empecé el NanoWrimo sin haber cerrado muchos otros ciclos. Y aunque parece que este es otro de esos cabos sueltos, espero que sea un nuevo camino que ahora puedo llevar sin el peso de todo lo que tenia sin concluir a cuestas.

No fue mucho lo que escribí. Lo puedes leer en Wattpad, se llama: El Duplicado Original, y si te gusta, estoy dispuesto a seguir escribiendo sobre esta historia.

Tengo otro par de historias que llevo desde antes del Nano2018 que también puede encontrar allí:

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